En las últimas décadas hemos visto como dos tendencias se han apoderado del día a día de la mayoría de nosotros: un ritmo de vida frenético y una falta de paciencia, reflejada sobre todo en los hábitos de consumo. Según últimos estudios analizados, podemos afirmar que
El 40% de los visitantes abandonan las páginas que tardan más de 3 segundos en cargar.
un dato que demuestra la velocidad a la que vivimos. La cuestión es sencilla: lo queremos todo, y lo queremos ya.
Si consideramos también la edad de los usuarios, la falta de paciencia se hace aún más evidente en la Generación Z. Impresiona ver a la velocidad que consumen contenido de Instagram o TikTok. Esta impaciencia se traslada de forma inevitable desde el mundo digital al físico, y lo vemos a menudo en las compras online: queremos tener el producto en el menor tiempo posible o que nuestro pedido de comida llegue muy rápido. Empresas como Amazon o Glovo lo hacen posible.
En este contexto en el que nos encontramos, la evolución del e-commerce es ya toda una realidad. El quick commerce o comercio rápido es la nueva tendencia a la que nos dirigimos, una nueva modalidad que tratará de satisfacer las necesidades de unos usuarios que necesitan que sus pedidos sean entregados en muy poco tiempo.
¿Qué es el quick commerce?
El quick commerce o q-commerce es la evolución directa del e-commerce, una nueva forma de comercio electrónico en la que se pretende ir mucho más allá. Tal y como indica su propio nombre, este innovador concepto trata de reducir la espera de los consumidores hasta tiempos nunca antes vistos, ofreciendo entregas muy rápidas sin perder de vista la excelencia.
Este tipo de comercio pretende unir los aspectos positivos y los aprendizajes obtenidos del e-commerce a las innovaciones y cambios introducidos por el delivery de última generación, el cual ha introducido la inmediatez en la fórmula de la ecuación.
Lo que se propone este modelo de negocio es entregar al usuario su pedido en el menor tiempo posible, manejando tiempos de entre 10 y 30 minutos, como mucho. Empresas como Glovo ya han introducido este concepto de una entrega muy rápida con la que pueden traer casi cualquier cosa en muy poco tiempo. Amazon Fresh también tiene un servicio de entrega en 2 horas, y en un futuro no muy lejano podremos tener cada vez más cosas en cada vez menos tiempo.
Para considerar una entrega como quick commerce, el estándar indica que el tiempo máximo que se puede emplear para entregar los pedidos es de media hora como mucho. Sin embargo, las empresas que desean convertirse en referentes en este tipo de comercio digital se están enfrentando al reto de bajar este indicador a 15 minutos como máximo, por lo tanto, el objetivo es todavía inferior.
El mercado parece ya estar listo para este tipo de cambios, también teniendo en cuenta el contexto mostrado en la introducción.
¿Cómo se consigue entregar la compra en 10 minutos?
Aunque el concepto de quick commerce pueda parecer muy ambicioso, la realidad es que es posible alcanzar esta velocidad en las entregas, sobre todo en grandes ciudades. Para conseguirlo, estas empresas tienen hubs logísticos en puntos estratégicos de la ciudad -llamados también DMARTS (delivery-only local warehouses) o dark stores, lo que hace posible ofrecer este servicio a distintos barrios. Por ejemplo, en estos mismos momentos, Glovo ya está adquiriendo locales para transformarlos en dark stores en distintos países europeos.
Por lo tanto, se está cambiando la visión de tener almacenes fuera de las ciudades, para colocarlos en lugares clave a los que se puede llegar más rápido y a los que se puede acceder más fácilmente. De esta forma, se puede ofrecer un servicio más raṕido hasta poder cambiar el paradigma del sector. Aunque todavía no sea aplicable a todos los productos, sí que puede abarcar una gran cantidad de productos o servicios para recibir en casa nuestro pedido con tiempos de entregas ultrarápidos.
Otra estrategia que están aplicando las empresas de quick commerce es en la que establecen una relación de partnering con algunos comercios locales. De esta forma, es posible tener un amplio abanico de productos siempre a mano y realizar entregas muy rápidas gracias a esta colaboración en la que todas las partes salen beneficiadas.
La tecnología y las nuevas formas de delivery, como, por ejemplo, drones o robots que entregan el pedido, también tienen mucho que decir en el quick commerce. La compañía Foodora es un gran ejemplo de ello, utilizando un pequeño robot autónomo capaz de realizar entregas muy rápidas, simplemente ver para creer. Esto no solo tiene implicaciones positivas desde el punto de vista del desarrollo tecnológico, sino que también va en una buena dirección en cuanto a sostenibilidad (sustituyendo motos, scooters, apostando por el km 0, etc.).
¿Por qué los usuarios quieren quick commerce?
Como seres humanos viviendo en siglo XXI, si pensamos en la necesidad de velocidad y comodidad, existen 4 aspectos que resultan clave para entenderlo:
Un ritmo de vida muy caótico y frenético.
Personas que viven por su cuenta.
Ancianos que necesitan algo de forma urgente pero tienen problemas en tenerlo.
La masificación de las ciudades.
Si pensamos en un contexto urbano, la rapidez es fundamental. Los ritmos son caóticos y la organización juega un papel fundamental a la hora de poderlo tener todo en casa según se necesite. El contexto urbano es perfecto para este tipo de servicios, ya que son muchas las casas en las que las personas viven solas, en pareja y/o comparten piso.
Este tipo de clientes necesitan comprar una cantidad inferior de cosas para comer, si nos referimos a la compra, o igualmente de un solo ítem para compras de cualquier otro tipo. Comprar en grandes cantidades, aunque suele ser más barato, no es una opción para este tipo de hogares. Esto sería un tipo de comportamiento opuesto al tradicional y, en cierta medida, también al e-commerce tradicional.
La rapidez y comodidad, en definitiva, son los factores determinantes para los usuarios; estas características priman sobre otras características como el precio. La experiencia de usuario en quick commerce es lo más importante, pues el objetivo está en proporcionar bienes esenciales en la vida cotidiana. Por lo tanto, el servicio proporcionado por el quick commerce sirve para cubrir una necesidad inmediata y no sustituye la compra semanal, por ejemplo.
¿Qué sectores pueden beneficiarse del quick commerce?
Como hemos ido viendo, es evidente que el quick-commerce es particularmente aplicable a un tipo de producto en concreto, productos de primera necesidad en los que se puede generar la urgencia de tenerlo en tan poco tiempo.
Por lo tanto, resulta evidente que los negocios que pueden aplicarlo son los supermercados, comida, retail y lo que encontramos en estas tiendas: comida, bebida, cosmética, algo de ropa esencial-básica, algún regalo, etc. También, con el auge del teletrabajo postpandemia, las personas podrían necesitar material de oficina o algo que les facilite el día a día en su oficina desde casa.
De hecho, muchos q-commerce están especializados en entregar comida, pero la tendencia hacia la que vamos es que muchos más sectores podrán explorar este tipo de comercio rápido, y pronto se podrá tener todo entregado en un tiempo muy muy breve.
Teniendo en cuenta el potencial de entregar cualquier cosa y que es posible abarcar productos más especiales, el quick commerce democratiza el acceso a todo tipo de negocios para hacer llegar sus productos a los clientes. Tanto tiendas de proximidad como negocios locales pueden tener la posibilidad de hacerse un hueco en un mercado hipercompetido y saturado.
En definitiva, podríamos afirmar que la comodidad y el ahorro de tiempo son dos activos muy valiosos y que apreciamos muchísimo en los tiempos en los que vivimos, y estos son precisamente los aspectos que caracterizan el q-commerce. Por lo tanto, todo apunta a que este tipo de comercio es el hacia el que vamos, no solo en sector de la alimentación, sino que también en cualquier otro.
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Autor: Javier Fernández | CEO Logístikos
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